En cualquier discusión, es importante tener en cuenta que las premisas son los cimientos de nuestro argumento. Son las afirmaciones que utilizamos para establecer nuestras conclusiones. En este sentido, es fundamental que las premisas sean claras y precisas, para evitar malentendidos y errores lógicos. Sin embargo, no siempre las premisas son explícitas. En ocasiones, las premisas se dejan implícitas, lo que puede dificultar la comprensión del argumento. En este artículo, nos centraremos en las premisas implícitas, y analizaremos cómo identificarlas para mejorar la calidad de nuestro razonamiento.
Antes de entrar en detalle sobre cómo identificar las premisas implícitas, es esencial definir el concepto. Las premisas implícitas son las afirmaciones que se dan por hecho en un argumento, pero no se mencionan explícitamente. Esto significa que el interlocutor o receptor debe deducirlas a partir del contexto y del contenido del razonamiento.
Para ilustrar este concepto, podemos considerar el siguiente ejemplo:
En este argumento, la premisa implícita es que todos los dentistas ganan mucho dinero. Esta afirmación no se menciona explícitamente, pero se da por hecho en el razonamiento. Si ese supuesto fuera falso, entonces la conclusión sería inválida.
Es fundamental identificar las premisas implícitas porque pueden ocultar supuestos que no son evidentes o que no están justificados. Si no somos conscientes de estas premisas ocultas, podemos cometer errores lógicos y tomar decisiones equivocadas.
En este sentido, la identificación de las premisas implícitas nos ayuda a:
Identificar las premisas implícitas no siempre es fácil, pero hay algunas estrategias que pueden ayudarnos:
La primera estrategia es analizar el contexto en el que se presenta el argumento. En ocasiones, el contexto puede proporcionar información relevante que no se menciona explícitamente. Por ejemplo, si alguien dice "El cumpleaños de Laura es el sábado", podemos suponer que se refiere al próximo sábado, si no especifica lo contrario.
Otra estrategia es revisar las palabras clave que se utilizan en el argumento. A menudo, las palabras clave pueden indicar la existencia de una premisa implícita. Por ejemplo, si alguien dice "Todo el mundo sabe que la tierra es plana", la premisa implícita es que todo el mundo está equivocado acerca de la forma de la tierra.
Una tercera estrategia es examinar las implicaciones del argumento. A menudo, las implicaciones pueden indicar la existencia de una premisa implícita. Por ejemplo, si alguien dice "La medicina alternativa cura el cáncer", la premisa implícita es que la medicina tradicional no puede curar el cáncer.
Aunque la identificación de las premisas implícitas es esencial para argumentar de manera efectiva, existen algunos errores comunes que debemos evitar:
En ocasiones, asumimos algunas premisas implícitas sin justificación adecuada. No debemos dar por hecho que nuestras suposiciones son válidas. Es esencial justificar cada afirmación en el argumento.
Otro error común es ignorar la complejidad del argumento. En algunos casos, un argumento puede tener múltiples premisas implícitas que deben tenerse en cuenta. Debemos estar atentos a todas las afirmaciones implícitas para evitar errores lógicos.
Finalmente, es esencial considerar el contexto en el que se presenta el argumento. En algunos casos, el contexto puede ser crucial para comprender las implicaciones del razonamiento. Si ignoramos el contexto, podemos cometer errores de interpretación.
En resumen, las premisas implícitas son las afirmaciones que se dan por hecho en un argumento, pero no se mencionan explícitamente. Identificar estas premisas es esencial para evaluar la validez del argumento y comprenderlo mejor. Para identificar las premisas implícitas, es esencial analizar el contexto, revisar las palabras clave y examinar las implicaciones. Sin embargo, debemos evitar suposiciones injustificadas y tener en cuenta la complejidad del argumento y el contexto en el que se presenta. En última instancia, la identificación de las premisas implícitas nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de razonamiento y tomar decisiones informadas.