La falacia del argumentum ab auctoritate
Uno de los errores más comunes en el mundo de la argumentación es el conocido como argumentum ab auctoritate, también llamado falacia de autoridad. Esta falacia se basa en la idea de que algo es verdadero solamente porque lo ha dicho una autoridad en la materia, sin importar si es cierto o no.
El error más evidente de este tipo de argumento es que puede aplicarse a cualquier campo de conocimiento, independientemente de su grado de complejidad. Si un médico afirma que una determinada dieta es beneficiosa para la salud, no podemos aceptar esa afirmación simplemente porque el médico es una autoridad en su campo. Debemos analizar la evidencia empírica que respalda esa afirmación y determinar si es verdadera o no.
La falacia de autoridad también tiene un efecto perjudicial en nuestra capacidad de pensar críticamente. Si nos acostumbramos a aceptar cualquier afirmación que provenga de una figura de autoridad, perdemos nuestra capacidad de discernir y de evaluar la información desde una perspectiva racional.
Además, este tipo de argumento puede ser utilizado para justificar una amplia variedad de prácticas nocivas, como el racismo, el sexismo, la homofobia, la xenofobia, y otras formas de discriminación. Si aceptamos que la opinión de una autoridad es suficiente para justificar una acción, podemos encontrarnos justificando cualquier cosa siempre y cuando sea defendida por alguien con suficiente autoridad.
En última instancia, el argumentum ab auctoritate es una falacia que debe ser evitada en todos los ámbitos de la vida. Debemos ser capaces de evaluar la evidencia, analizar los argumentos, y tomar nuestras propias decisiones en función de lo que consideramos mejor para nosotros mismos y para la sociedad en la que vivimos.
Cómo evitar el argumentum ab auctoritate
Para evitar caer en este tipo de falacia, es importante tener en cuenta los siguientes puntos:
1. No aceptar ningún argumento como verdadero sólo porque proviene de una autoridad en la materia. Siempre debemos analizar la evidencia que respalda la afirmación y determinar si es cierta o no.
2. No confiar en la autoridad sólo porque es un experto en la materia. Debemos recordar que incluso los expertos cometen errores y tienen prejuicios que pueden influir en su razonamiento.
3. No aceptar las afirmaciones de una sola fuente. Es importante obtener diferentes puntos de vista y fuentes para realizar una evaluación completa de la información.
4. No aceptar la opinión de una autoridad sólo por su posición o prestigio. La opinión de una persona no debe ser considerada más valiosa sólo porque tiene una posición elevada o tiene un alto grado académico.
En resumen, la falacia del argumentum ab auctoritate es un error común en el mundo de la argumentación que puede tener efectos negativos en nuestra capacidad de pensar críticamente y tomar decisiones informadas. Debemos ser conscientes de esta falacia y evitar caer en ella para lograr una evaluación rigurosa y objetiva de la información.